Cómo mejorar el rendimiento en juegos en cualquier PC

Para mejorar el rendimiento en juegos cuando utilizamos un PC no siempre es necesario actualizar el equipo con nuevo hardware. Hay casos en los que es posible conseguir un aumento considerable del rendimiento sin tener que gastar dinero, y sin tener que entrar en complicadas configuraciones o ajustes.

Es cierto que, en general, cuanto más antiguo sea el equipo más difícil lo tendremos para mejorar el rendimiento en juegos sin tener que recurrir a una actualización de hardware, pero esta regla general tiene también sus excepciones, como os voy a explicar más adelante en los diferentes apartados que encontraréis en el texto.

Tened en cuenta que no todos los consejos que vamos a ver en este artículo tienen el mismo impacto en diferentes configuraciones. Así, por ejemplo, si tienes un equipo que va sobrado de memoria RAM realizar un arranque limpio o cerrar aplicaciones en segundo plano no te será de ninguna utilidad, pero en un equipo antiguo con poca RAM puede marcar una diferencia sustancial.

Mi objetivo con esta guía es simple, quiero ayudar a todos nuestros lectores a mejorar el rendimiento en juegos, tanto a aquellos que tienen un PC más actual y potente como a los que siguen utilizando configuraciones relativamente antiguas y poco potentes. Como siempre, si tras leerla os queda cualquier duda os invito a dejarla en los comentarios y os ayudaré a resolverla.

Cómo mejorar el rendimiento en juegos sin gastar dinero

Mantén tu PC en buen estado físico

Con esto no me refiero a que lo pongas a hacer deporte. Bromas aparte, un PC que recibe unos cuidados y un mantenimiento básicos es un equipo que, al final, funciona mejor, tiene una vida útil superior y ofrece un mayor rendimiento. Obviamente esto requiere de un cierto esfuerzo por nuestra parte, y puede consumir bastante tiempo, pero al final vale la pena.

Para mantener el PC en buen estado físico es necesario seguir estas pautas:

  • Utiliza el PC en un entorno limpio y seguro.
  • Limpialo con frecuencia, tanto por fuera como por dentro, para evitar que la suciedad y el polvo se acumulen.
  • Cambia la pasta térmica de la CPU cuando sea necesario, y controla las temperaturas de la GPU para valorar si podría ser recomendable también hacer un cambio de la pasta térmica de esta, o de las almohadillas térmicas de que utiliza en otros componentes, como la memoria gráfica. Normalmente cambiamos de tarjeta gráfica antes de que esto sea necesario, pero no siempre es el caso, así que ten cuidado. Si no sabes cómo medir la temperatura de tu tarjeta gráfica mira este artículo.
  • Utilizar un sistema SAI también puede ser una buena idea, ya que protegerá tu equipo ante problemas de la red eléctrica que, al final, podrían causar daños a corto, medio o largo plazo.

Claves: esto beneficia por igual tanto a PCs antiguos como a equipos más nuevos.

Actualiza los drivers de tu tarjeta gráfica

Los drivers son el nexo de unión entre el hardware y el software, y sin ellos una tarjeta gráfica no podría desarrollar su verdadero potencial. Con el paso del tiempo tanto AMD como NVIDIA e Intel lanzan nuevos controladores que introducen mejoras importantes en materia de rendimiento, ya sea con carácter general (afectan a todos los juegos y aplicaciones) o con carácter especial (centradas en títulos y aplicaciones concretas).

Actualizar los controladores de nuestra tarjeta gráfica puede ayudarnos a mejorar el rendimiento en juegos, y también puede darnos acceso a nuevas características y funciones. Por otro lado, hay que tener en cuenta también que utilizar unos drivers muy antiguos no solo puede darnos problemas de rendimiento, sino que también puede tener un impacto negativo en la estabilidad y la seguridad del sistema.

Si no sabes cómo actualizar los drivers de tu tarjeta gráfica no te preocupes, en este artículo que publicamos recientemente te contamos todo lo que debes saber. Ten en cuenta, no obstante, que en el caso de tarjetas gráficas muy antiguas puede que instalar nuevos drivers no represente ninguna mejora en términos de rendimiento, o que esta acabe siendo mínima.

Claves: este consejo es más beneficioso en PCs relativamente nuevos que utilizan tarjetas gráficas GTX 16, Radeon RX 5000 o superiores.

Reduce el consumo de recursos del equipo

Un PC es una plataforma diseñada para que podamos hacer muchas cosas, es decir, no se especializa en juegos como las consolas. Con solo arrancar el equipo ya tendremos un cierto consumo de recursos derivado no solo del sistema operativo, sino también de las aplicaciones que carguen de inicio, con independencia de si quedan en primer o en segundo plano.

Para un equipo relativamente actual que tiene una generosa cantidad de memoria RAM y un procesador potente esto no suele ser un problema, pero en configuraciones más modestas puede ocurrir todo lo contrario. Hacer un arranque limpio del equipo nos ayudará a reducir las aplicaciones que cargan con el sistema y a iniciar con «lo imprescindible», de manera que tendremos más memoria RAM libre. Si no sabes cómo hacer un arranque limpio en Windows, sigue este enlace.

También puedes cerrar aplicaciones en segundo plano que consumen recursos y que pueden empezar a trabajar de forma autónoma mientras juegas. Para ello solo tienes que pulsar la tecla de Windows y escribir «Administrador de Tareas», entras en el primer resultado, haces clic derecho en los procesos que quieras cerrar y listo. A la derecha verás el consumo de recursos de cada uno de ellos.

Claves: con este consejo podremos mejorar el rendimiento en juegos en equipos antiguos que tengan menos de 8 GB de memoria RAM. En equipos actuales con más de 8 GB de RAM la mejora será mínima o inexistente.

Activa el modo de alto rendimiento

Es algo que muchas veces pasamos por alto, pero puede marcar una diferencia sustancial, ya que los modos de bajo consumo y los de consumo equilibrado acaban limitando el rendimiento de los componentes que mayor impacto tienen cuando hablamos de rendimiento en juegos. Por suerte no es un ajuste complicado de hacer, solo tenemos que seguir estos pasos:

  • Pulsa la tecla Windows y escribe «Editar Plan de Energía».
  • Entra en el primer resultado y selecciona «Cambiar la Configuración Avanzada de Energía».
  • Marca la opción del plan de energía de máximo rendimiento.

Ten en cuenta que esto puede mejorar el rendimiento en juegos, pero también se incrementará el consumo de energía y el calor generado. Si utilizas un ordenador portátil, la batería se agotará más rápido y los ventiladores tendrán que afrontar una mayor carga térmica.

Claves: este ajuste puede marcar una diferencia significativa en la mayoría de los casos, pero es especialmente visible en ordenadores portátiles y en equipos más actuales.

Optimiza la unidad de almacenamiento

La unidad de almacenamiento tiene un gran impacto en el rendimiento del equipo, y también nos puede ayudar a mejorar el rendimiento en juegos. Si tenemos una unidad HDD, con el paso del tiempo se irá produciendo un proceso de fragmentación que afectará a los tiempos de acceso del disco, lo que se puede traducir en tiempos de carga más elevados, en microparones, en carga diferida de texturas y en problemas de «popping».

Optimizar la unidad de almacenamiento realizando una desfragmentación resolverá esos problemas en la mayoría de los casos, aunque debemos tener en cuenta que cada vez más juegos necesitan de una unidad SSD para funcionar de una manera totalmente óptima. Si tenemos un SSD, también podemos optimizarlo a través de la herramienta integrada que incluyen Windows 10 y Windows 11. Dicha herramienta no tiene ningún impacto negativo en la vida útil de la unidad. Estos son los pasos que debemos seguir:

  • Pulsa la tecla de Windows y escribe «Desfragmentar y Optimizar». Entra en el primer resultado.
  • Elige la unidad que quieras optimizar y espera a que se complete el proceso.

Claves: este proceso es especialmente beneficioso para mejorar el rendimiento en juegos en equipos antiguos que utilicen unidades HDD, ya que son las que más sufren el paso del tiempo y el uso. Los SSD no se ven afectados al mismo nivel por la fragmentación.

Ajusta bien la configuración gráfica de cada juego

Es un tema muy complicado, pero muy importante. Algo tan simple como pasar de la configuración de calidad máxima al modo de calidad alta puede hacer que un juego que nos funcionaba «como un pase de diapositivas» pase a funcionar de forma aceptable, y si bajamos a una mezcla de calidad media-alta puede que tengamos un nivel de fluidez óptimo  sin renunciar a una calidad gráfica muy buena.

Reducir la calidad gráfica es una de las maneras más efectivas de mejorar el rendimiento en juegos, y en muchos casos estos tienen un aspecto muy bueno incluso con calidad media, así que debemos tenerlo muy en cuenta. Dado que es una cuestión muy extensa, te recomiendo que eches un vistazo a esta guía que publicamos en su momento, ya que encontrarás toda la información que necesitas.

No te olvides de que al final cada juego es un mundo, y por ello no todos mejoran de la misma manera en términos de rendimiento al reducir ciertos ajustes de calidad gráfica. Por otro lado, ten presente también que existen técnicas de reescalado que pueden ayudarte a mejorar el rendimiento sin grandes sacrificios en calidad gráfica, incluso aunque no cuentes con una tarjeta gráfica avanzada, como la tecnología FSR por ejemplo.

Claves: esta es una de las medidas más socorridas y más efectivas para mejorar el rendimiento. En la mayoría de los casos, la calidad sigue siendo buena incluso en niveles medios-altos. Beneficia tanto a PCs antiguos y menos potentes como a equipos más avanzados y potentes.

Mantén tu PC debidamente actualizado

La mayoría de los PCs actuales para jugar utilizan Windows 10 o Windows 11 como sistema operativo. Ambos se caracterizan por haber pasado de un modelo de producto a uno de servicio, y esto implica que reciben actualizaciones con frecuencia que, en la mayoría de los casos, suelen introducir mejoras de rendimiento, de estabilidad y de seguridad, y también nuevas funciones que pueden ser interesantes.

Mantener el PC actualizado puede ayudarnos a mejorar el rendimiento en juegos, y también es imprescindible para que podamos ejecutar ciertos títulos, ya que estos pueden exigir una versión mínima de Windows 10. Si intentamos moverlos en versiones inferiores puede que no funcionen, o que den problemas importantes de estabilidad y/o de rendimiento.

No es necesario utilizar la última versión de Windows 10 o de Windows 11, pero sí que es recomendable que nos movamos siempre en la penúltima. Un PC que se queda muy atrasado en las actualizaciones a nivel de sistema operativo es, al final, una fuente de problemas, y en todos los sentidos.

Claves: en general cualquier PC que no esté actualizado puede dar problemas de rendimiento, pero es cierto que esto puede tener un mayor impacto en equipos más antiguos.

Haz overclock de forma segura, siempre que sea posible

Si nuestra CPU, RAM o tarjeta gráfica presentan cierto margen para realizar un overclock seguro debemos considerar esta opción, ya que nos dará un extra de potencia con la que mejorar el rendimiento en juegos, aunque su impacto puede variar mucho en función de cada configuración.

Tanto Intel como AMD tienen aplicaciones dedicadas que nos permiten hacer overclock de una manera sencilla y segura, ya que en caso de que algo salga mal los valores se restablecen, pero es importante que hagáis una prueba de rendimiento exigente para aseguraros de que todo ha ido bien, y de que no hay problemas de temperatura. Lo mismo aplica a la GPU, y tened en cuenta que lo ideal es llevar ambos componentes al límite durante esas pruebas, como vimos en su momento en este artículo.

En el caso de la GPU, podemos recurrir a herramientas como MSI Afterburner, y la memoria RAM normalmente dispone de perfiles XMP que podemos activar con unos simples clics a través de la BIOS. No os recomiendo apurar más allá del perfil XMP máximo, ya que normalmente las ganancias de frecuencia que podemos conseguir son muy pequeñas, y nos exponemos a problemas de estabilidad.

Claves: los equipos más actuales suelen ser los que más se benefician del aumento de rendimiento en juegos derivados por el overclock. En PCs muy antiguos la ganancia puede ser casi anecdótica, aunque dependerá mucho de los componentes utilizados.

Activa, o desactiva, el Game Mode

El Game Mode se diseñó con la idea de trabajar de forma automática e inteligente, de manera que cuando Windows 10 detectase la ejecución de un juego derivase la mayor cantidad posible de recursos a dicha tarea, y redujese al mínimo la presencia de tareas en segundo plano.

Sobre el papel, suena bien, pero la verdad es que al final las mejoras de rendimiento que es capaz de conseguir son bastante pequeñas, y en algunos casos puede incluso tener un efecto negativo, es decir, puede reducir ligeramente el rendimiento en juegos. Por esta razón os doy ambas opciones, activar o desactivar el Game Mode en función del efecto que notéis.

No pierdes nada por probarlo. En el mejor de los casos puede que ganes unos pocos FPS y que estos te ayuden a marcar la diferencia entre injugable y «aceptable», y en el peor de los casos puede que tengas que perder un segundo en desactivarlo. Puedes activarlo o desactivarlo pulsando la tecla de Windows y escribiendo «Configuración de Modo de Juego».

Claves: el Game Mode no cumplió con las expectativas que generó, pero puede ayudar a rascar unos pocos FPS en equipos poco potentes y relativamente antiguos. En equipos actuales y potentes no marca una diferencia relevante.

WingetUI, una ayuda gráfica para el mantenimiento del software en Windows

WingetUI es una pequeña aplicación de código abierto y gratuita que facilita la instalación, actualización o desinstalación de software en Windows. Si te suena el nombre de WingetUI es porque trabaja sobre el administrador de paquetes de Windows o Winget. La novedad es que lo hace mediante una interfaz gráfica más cómoda que la línea de comandos de la herramienta oficial de Microsoft.

Hay que recordar que este Windows Package Manager fue una de las grandes novedades de la BUID 2020 y como otras herramientas avanzadas de Windows está claramente «inspirada» en Linux. Una herramienta gratuita y de código abierto que se desarrolla de manera independiente a la de Windows y se usa para automatizar la instalación, actualización y eliminación de aplicaciones desde la línea de comandos.

WingetUI, lo mismo, pero más sencillo

Esta pequeña aplicación de tan solo 60 Mbytes replica las funciones de Winget, pero mediante una interfaz gráfica de usuario que facilita la tarea al gran público que no conoce o no maneja (craso error) las consolas de Windows.

WingetUI extrae datos de los repositorios oficiales para completar la lista de programas, cada uno de ellos enumerado con su nombre, ID y versión.  También se puede explorar el repositorio manualmente, hay una función de búsqueda para encontrar más rápidamente una aplicación determinada y también permite instalar múltiples paquetes al mismo tiempo.

Su uso es sencillo porque en la interfaz principal tienes todo. Instalas la herramienta desde su página de GitHub, ejecutas y verás tres secciones, software general a descubrir, actualizaciones de software y las aplicaciones instaladas. Un simple doble clic sobre una de ellas inicia la instalación, desinstalación o actualización de versiones.

WingetUI puede ser una buena ayuda para administrar el software de Windows. Su interfaz gráfica no es perfecta, pero facilita el uso de una potente herramienta como el administrador oficial de paquetes y una línea de comandos que no manejan todos los usuarios.

4 VPN y una alternativa para anonimizar el tráfico en Android

Las VPN para Android se han convertido en una herramienta a tener muy en cuenta, más si no se ha contratado una gran cantidad de datos para la tarifa plana móvil. En esa situación uno tiene la tentación, o incluso la necesidad, de recurrir a redes Wi-Fi públicas que por lo general son todo un peligro.

La peligrosidad de las redes Wi-Fi públicas es algo que hemos abarcado en otras entradas. En muchas ocasiones la contraseña de la red Wi-Fi está expuesta al público, por lo que cualquiera que se acerque puede obtenerla. No hace falta ser un lince para darse cuenta que, como consecuencia, es muy probable que un actor malicioso se haya hecho con la contraseña para ver si puede pillar a algún usuario incauto para robar datos sensibles y/o esparcir malware.

El motivo de por qué una VPN es una buena defensa a la hora de conectarse a redes Wi-Fi públicas es debido a que se encarga de extender una red privada a través de otra pública para permitir a los usuarios enviar y recibir datos como si sus dispositivos estuvieran conectados directamente a una red privada, consiguiendo de esta manera importantes beneficios en la funcionalidad, la seguridad y la privacidad. Exponiendo esto de forma más llana, una VPN cifra la conexión desde los dispositivos informáticos hasta los servicios web y los servidores a los que accede, ofuscando en el proceso la IP y la ubicación al canalizar el tráfico mediante un servidor proxy y evitando que terceros puedan fisgonear las actividades del usuario.

Pero además de protegerse al conectarse a unas Wi-Fi públicas que no generan confianza, las VPN también son empleadas por personas para saltarse las fuertes restricciones presentes en países como China, donde los derechos fundamentales son sistemáticamente pisoteados. Gracias a que proporcionan acceso a recursos que no son accesibles desde la red pública, son muy empleadas por los teletrabajadores y en empresas.

Viendo las utilidades que pueden tener y lo prudente que resulta su uso en ciertos contextos, vamos a mencionar cuatro soluciones de VPN y una alternativa a estas disponibles para Android que se encargan de anonimizar el tráfico y proteger los datos en esas situaciones en las que es muy probable que haya actores maliciosos esperando su oportunidad.

ExpressVPN

ExpressVPN es una solución con un potente soporte multiplataforma al soportar Windows, Mac, Linux, Routers, iOS, Android, Chromebook, Kindle Fire, dispositivos Nook, PlayStation, Apple TV, Xbox, Amazon Fire TV y Nintendo Switch. Con el fin de integrarse con los navegadores ofrece extensiones para Google Chrome y Firefox. La primera debería de soportar cualquier navegador basado en Chromium.

Un aspecto en el que parece brillar es el rendimiento, con una pérdida en la velocidad de conexión más bien escasa en comparación con la conexión directa a Internet, esa que puede estar restringida según el área geográfica o comprometida si hablamos de una Wi-Fi pública.

Otras características de ExpressVPN son que no almacena datos del usuario, un botón de la muerte y protección contra las fugas de datos. Eso sí, al menos a través de Android tiene siete días de prueba. Tras superar dicho periodo el usuario tendrá que pasar por caja, con un plan anual recomendado por la empresa que cuesta 8,14 euros al mes.

Surfshark

Surfshark es otra solución con un potente soporte multiplataforma que abarca Windows, Mac, Linux, iOS, Android, Fire TV, Firefox y Chrome (los navegadores web con extensiones). Para proteger los datos que se transmiten por su red y garantizar la privacidad ofrece cifrado AES-256-GCM y RSA-2048, conexiones simultáneas limitadas, además de secreto perfecto hacia adelante. Sus extensiones para navegadores web están diseñadas de forma que intentan evitar las filtraciones al emplear WebRTC, un proyecto de código abierto orientado a dotar a navegadores web y aplicaciones móviles de comunicación en tiempo real a través de API dedicadas.

Surfshark tiene una opción de “multisalto” a la hora de enrutar las conexiones mediante dos servidores de su red privada virtual. Además, tiene otras características como bloqueo de anuncios, bloqueo de rastreadores, acceso a un buscador que respeta la privacidad y una herramienta que rastrea la dirección de correo electrónico en listas de brechas de datos.

Surfshark también ofrece siete días de prueba y con treinta de reembolso para luego recomendar un plan bianual que cuesta 2,29 euros mensuales.

NordVPN

Al igual que las otras soluciones, NordVPN cuenta con un potente soporte multiplataforma que abarca Windows, Mac, iOS, Android, Linux, Android TV, Chrome y Firefox (obviamente, el soporte para navegadores web es cubierto mediante extensiones).

A nivel de características pone a disposición adicionalmente soporte de compartición P2P, un servicio llamado Double VPN que consiste en una segunda capa de cifrado, soporte de Tor a través de la red VPN e incluso una IP dedicada por si se ejecuta una VPN que también hace la función de servidor. En Android se ofrece 7 días de prueba y luego la empresa recomienda un plan bianual que cuesta 4,69 euros al mes durante los primeros dos años.

Un punto a tener en consideración es que la compañía tiene su sede en Finlandia, por lo que está debajo de la legislación de la Unión Europea y la aplicación directa del GDPR. Aunque no son aspectos técnicos, es importante tener presente la parte legal en servicios como estos.

Orbot Proxy con Tor para Android.

IPVanish

Y otra solución VPN con soporte para Android, además de Windows, Mac, iOS, Android, Linux, Chrome, Fire Stick, Kodi y routers. Sus responsables lo definen como un producto configurable y de uso rápido, que no gratuito (al menos en Android).

IPVanish ofrece soporte mediante correo electrónico y chat 24/7, tiene servidores ubicados en más de 75 localizaciones del mundo, acceso seguro a aplicaciones y sitios web censurados, sin límite de velocidad gracias a WireGuard, conexiones simultáneas ilimitadas, implementa estándares avanzados de cifrado, cuenta con una interfaz amigable en todas las plataformas y seguridad de antivirus avanzada con detección y eliminación de malware. Puede ser probado durante 30 días, pero solo con el plan anual, que en el primer año cuesta 39,99 dólares para pasar a 89,99 a partir del segundo año.

Como vemos, las distintas opciones que estamos mencionando tienen bastante parecido entre sí, así que sería conveniente ir agotando los periodos de prueba para ver cuál convence más.

Orbot Proxy con Tor y Tor Browser

¿Y si no se tiene dinero para pagar por un servicio de VPN? Es importante tener en consideración que Tor no puede y no intenta proteger contra el monitoreo del tráfico en los límites de la red, o lo que viene a ser lo mismo, el tráfico que entra y sale. A pesar de que sí brinda protección contra el análisis del tráfico, no puede evitar la confirmación de este en un proceso también llamado como correlación de extremo a extremo. El proveedor no es capaz de ver el tráfico que se genera al usar la red, pero sí es capaz de ver que el usuario la está usando.

Para Android hay dos formas de emplear Tor: una es recurriendo al navegador web Tor Browser, el cual lo pone fácil para navegar a través de la “red de la cebolla”, mientras que la alternativa es recurrir a Orbot Proxy con Tor, el cual es un proxy que permite indicar qué aplicaciones pasan su tráfico por la red Tor y cuenta con un modo VPN para ocultar la ubicación del usuario.

Tanto Tor Browser como Orbot Proxy con Tor son productos desarrollados oficialmente por los mantenedores de la conocida red, así que son de confianza siempre y cuando uno sea consciente de las limitaciones que arrastra en comparación con una solución de VPN.

Conclusión

Como vemos, hay soluciones más que de sobra para anonimizar el tráfico que se genera con un dispositivo Android. Cuando se trata de sistemas operativos móviles, el tener alguna solución que anonimice el tráfico es incluso más fundamental que en un equipo de sobremesa (al menos en un país occidental donde los derechos fundamentales son respetados), ya que las Wi-Fi públicas son siempre un riesgo que no hay que asumir sin protección.

Entre los servicios de VPN es preferible evitar las soluciones gratuitas, más que nada porque en esos casos el producto termina siendo el usuario en lugar del servicio junto a su aplicación. Esto quiere decir que es probable que la VPN termine suministrando publicidad dirigida o que termine recolectando datos que a saber dónde acaban después.

En caso de no poder pagar por una solución de VPN sería preferible recurrir a Tor, cuya estructura está fuertemente apoyada en el código abierto.

20 comandos que muestran la utilidad de la consola de Windows

La consola de Windows puede parecer anticuada, difícil de usar o innecesaria en una época donde las interfaces gráficas dominan por completo la interacción con sistemas operativos y aplicaciones. Sin embargo, sigue siendo muy útil para que administradores de sistemas o usuarios avanzados realicen tareas de manera más flexible y rápida, en ocasiones donde se bloquea la interfaz gráfica, para gestionar determinados componentes o acceder a cierta información que no está disponible de ninguna otra manera.

La consola de Windows es una herramienta equivalente a la Terminal de Linux o a la correspondiente consola de macOS. Y a pesar de las novedades de la interfaz gráfica de los nuevos sistemas como Windows 11, Microsoft no se ha olvidado de ella. Más bien al contrario, la ha reforzado con el lanzamiento de Windows Terminal, una herramienta desarrollada de manera independiente a Windows, gratuita y liberada como código abierto.

Microsoft pretende convertir Terminal en la consola de Windows definitiva, pero convive con las otras dos aplicaciones instaladas por defecto en Windows, el símbolo del sistema (Command prompt – CMD) y la versión más avanzada para administradores de sistemas, PowerShell. Se puede acceder a ellas de distinta maneras. La más sencilla:

  • Símbolo de sistema: Escribe ‘CMD’ en el buscador de Windows. Puedes seleccionar su ejecución en modo usuario (limitado) y también en modo administrador con acceso a todo el equipo.

  • PowerShell: Escribe ‘PowerShell’ en el buscador de Windows.
  • Windows Terminal: Descarga la aplicación desde su página de GitHub. Desde Terminal, puedes usar tanto el CMD como el PowerShell en pestañas distintas. Y en Windows 11, puedes seleccionarla como aplicación de línea de comandos por defecto.

20 comandos de la consola de Windows

Uses una aplicación de consola u otra, se ejecutan en modo texto. La interfaz recordará a un sistema como MS-DOS y no es tan intuitiva como una interfaz gráfica, aunque puede personalizarse en diseño, colores o fuentes, especialmente el nuevo Windows Terminal que te recomendamos probar.

Su funcionamiento en sí es sencillo: escribimos el comando (y sus modificadores en su caso) y estas aplicaciones harán de intérprete para su ejecución. Hay muchos comandos que podemos utilizar para una amplia variedad de tareas. Te dejamos con algunos de los más importantes:

Help. Una buena forma de comenzar es mediante el comando “help” que nos mostrará una lista con todos los comandos disponibles. “Help + nombre de comando” nos mostrará información sobre un comando específico mientras que “Nombre de comando + /?” nos mostrará todos los modificadores y posibilidades del comando.

Systeminfo. Otro de los generales muestra información de la configuración del sistema operativo de un equipo local o remoto, incluyendo niveles de Service Pack. Informa del procesador instalado, la memoria RAM física y virtual usada y disponible, la BIOS, el fabricante de la placa base, así como la versión del sistema operativo utilizada y todas las actualizaciones instaladas.

Assoc. La mayoría de los archivos de Windows están asociados con un programa específico asignado para abrir el archivo por defecto. Este comando muestra o modifica las asociaciones de las extensiones de archivos.

Chkdsk. Comprueba el estado de un disco duro/partición/volumen y muestra un informe de estado. Corrige errores del disco o encuentra sectores dañados y recupera información.

CMD. Inicia una nueva instancia del intérprete de comandos de Windows.

Dir y Del. Muestra la lista de archivos y subdirectorios de una carpeta. Elimina uno o más archivos, útil con esos ficheros rebeldes que no se pueden eliminar desde la interfaz gráfica.

Driverquery. Los controladores de dispositivos se encuentran entre el software más importante instalado en el PC. Su eliminación o mala instalación es constante fuente de problemas. Este comando lista todos los que tienes en la máquina, su nombre, tipo de controlador, fecha de vínculo o directorio donde está instalado.

Diskpart. Una superutilidad para administrar unidades de almacenamiento, sean internas o externas, y con capacidad para manejar discos, particiones, volúmenes o discos duros virtuales.

Format. Formatea un disco interno o externo para su uso en Windows.

Powercfg. Potente comando para la gestión energética del equipo. Estados de ahorro energético, suspensión o hibernación. Crea un informe detallado del consumo de energía en un PC que permite conocer un fallo por este motivo. Windows 8 ha añadido un modificador que proporciona un análisis detallado del uso de la batería de un portátil, capacidad, estado de carga o ciclos de recarga.

Shutdown. Apaga, reinicia o hiberna el equipo local. Tiene un montón de modificadores para planificar en tiempo el apagado o reinicio, un cierre de sesión además de forzar el apagado de aplicaciones. También se usa para documentar un cierre inesperado del sistema.

Sfc. Examina la integridad de todos los archivos de sistema protegidos y reemplaza las versiones incorrectas por las correctas de Microsoft. El comando verifica archivos dañados o que falta, reemplazándolos automáticamente utilizando copias en caché del sistema.

Ipconfig. Es uno de los comandos para redes más útiles. Informa de los valores de configuración de red TCP/IP actuales y actualiza la configuración del protocolo DHCP y el sistema de nombres de dominio (DNS).

Ping. Prueba el estado de la comunicación del host local con uno o varios equipos remotos de una red IP. Por medio del envío de paquetes ICMP, diagnostica el estado, velocidad y calidad de una red determinada.

Tracert. Permite conocer los paquetes que vienen desde un host (punto de red). También se obtiene una estadística del RTT o latencia de red de esos paquetes, ofreciendo una estimación de la distancia a la que están los extremos de la comunicación.

Pathping. Combina la utilidad de ping y tracert. Es más informativo, por lo que tarda más tiempo para ejecutar. Después de enviar los paquetes a un destino determinado, se analiza la ruta tomada y se calcula la pérdida de paquetes y proporciona detalles entre dos host.

Getmac. Obtiene la mac del equipo donde se ejecuta. La dirección MAC es un identificador de 48 bits determinado y configurado por el IEEE y el fabricante (24 bits cada uno). Conocida también como dirección física es única para cada dispositivo.

Nslookup. Se emplea para conocer si el DNS está resolviendo correctamente los nombres y las IPs. También nos permite averiguar la dirección IP detrás de un determinado nombre de dominio. Si deseas convertir una dirección IP en un nombre de dominio, sólo tienes que escribirlo en el navegador y ver a dónde conduce.

Netstat. Comando potente que muestra estadísticas de la red y permite diagnósticos y análisis. Por defecto, muestra un listado de las conexiones activas de una computadora, tanto entrantes como salientes. Incluye el protocolo en uso, las tablas de ruteo, las estadísticas de las interfaces y el estado de la conexión.

Netsh. Sinónimo de shell de red, permite modificar, administrar y diagnosticar la configuración de una red, con más detalle y potencia que los anteriores. Un comando avanzado que ofrece un montón de opciones utilizando sus modificadores y que como ejemplo, permite cambiar el DNS primario y secundario de un equipo.

Microsoft ofrece este archivo PDF con todos los comandos disponibles e información adicional | Windows Commands Reference

10 trucos para la consola de Windows

Los comandos anteriores solo son una muestra de las posibilidades de esta línea de comandos de Windows, cuyo manejo podemos potenciar con una serie de trucos como los que te ofrecemos a continuación.

1. Usa las teclas de función. La mayoría de las teclas de función (F1 a F9) cumplen una función en la consola de Windows:

  • F1: Vuelve a escribir el último comando utilizado, carácter por carácter por pulsación.
  • F2: Pregunta por un carácter, luego vuelve a escribir el último comando utilizado hasta la primera aparición de ese caracter.
  • F3: Vuelve a escribir completamente el último comando utilizado.
  • F4: Solicita un carácter, luego borra todos los caracteres en el comando actual, comenzando desde la posición del cursor hasta la primera aparición del carácter solicitado.
  • F5: Vuelve a escribir completamente los comandos utilizados anteriormente, pero no se activa.
  • F6: Tipos ^ Z en el comando actual.
  • F7: Presenta un menú de comandos utilizados anteriormente.
  • F8: Reescribe completamente los comandos usados ??anteriormente.
  • F9: Vuelve a escribir completamente un comando utilizado previamente, que corresponde al número en el menú presentado por F7.

2. Ve el historial de comandos. Cuando quieras ver todos los comandos que has escrito desde el comienzo de la sesión, puedes utilizar la orden “doskey /history”. Doskey es una utilidad proporcionada por Microsoft con varias funciones, una de las cuales es el historial de comandos. Básicamente es lo mismo que presionar F7, pero además, permite guardar, alimentar o manipular la salida de información.

3. Repite un comando anterior. Si necesita recuperar un comando anterior, ya sea para repetirlo o modificarlo, todo lo que tiene que hacer es presionar la tecla de flecha hacia arriba de tu teclado. Si continúas presionándolo, seguirá repitiendo comandos anteriores empezando por el más reciente. Funcionalmente es parecido a utilizar la tecla F8 excepto por una diferencia: la flecha arriba coloca el cursor al final del comando mientras que F8 coloca el cursor al inicio del comando.

4. Ejecuta varios comandos a la vez. Si necesitas ejecutar múltiples comandos, pero cada uno de ellos requiere mucho tiempo de ejecución, puedes adelantarte con la orden “cd C: && echo…”. Los comandos se ejecutarán en el orden en que los escribiste, comenzando desde la izquierda hasta la derecha de la consola. Los nuevos comandos no se ejecutan hasta que van terminando los anteriores.

5. Cancela un comando en ejecución. Si alguna vez ejecutas un comando y tarda demasiado tiempo en ejecutarlo, puedes detenerlo pulsando “Ctrl + C”. Una función también útil cuando quieres detener una aplicación o servicio.

6. Visualiza información, página por página. La mayoría de los comandos de Windows producen salida de información en la pantalla. A veces, muestra una cantidad de información enorme que incluso queda inaccesible aunque te desplaces hacia arriba. Con la orden “[command with output] | more” conseguimos que la consola muestra la información página por página, pasando de una a otra con la pulsación de la tecla de barra espaciadora.

7. Filtra la salida de un comando. Si el resultado de un comando es detallado y necesitas encontrar una línea o instancia particular de una palabra, puedes filtrar el resultado con la orden “[command with output] | find “query”. El filtro de búsqueda se aplica línea por línea, por lo que devolverá todas las líneas que incluyan el texto de la consulta.

8. Copia la salida de un comando. Si buscas ayuda para solucionar un problema del sistema, puedes necesitar sacar la información a una herramienta externa. Y es engorroso si no utilizas una orden como “[command with output] | clip” que copia la información al portapapeles. Desde ahí, con la orden típica “Control + V”, puedes copiarla donde quieras.

9. Guarda la salida de un comando. Si tu intención es guardar el resultado de un comando en un archivo, puede usar el método anterior o directamente enviarlo a un archivo con la función “[command with output] > filename.txt”. El archivo de texto se guardará en la ubicación del símbolo del sistema que estés usando, aunque puedes guardarlo en cualquier otra fijando la ruta completa “… C:\folder\filename.txt)”.

10. Arrastra y suelta archivos. Si estás trabajando con archivos en un directorio profundamente anidado y necesitas sus nombres de ruta completos para un comando, tienes algunas opciones. Puede escribirlos manualmente. Puedes copiar la ruta desde la barra de direcciones del Explorador de archivos y luego escribir el nombre del archivo. O simplemente puede arrastrar y soltar el archivo directamente en el símbolo del sistema.

Cómo realizar una comprobación de seguridad en Chrome

Realizar una comprobación de seguridad en Chrome es algo tan sencillo como rápido, por lo que no hay excusa para no llevarla a tan a menudo como se desee, habida cuanta de cómo está el panorama de la seguridad en Internet y de lo poco que cuesta. De hecho, la excusa para no hacerlo, suele ser el desconocimiento de que algo así existe.

Pero existe. La comprobación de seguridad en Chrome es relativamente reciente y está bastante automatizada (y más que lo va a estar), esto es, el propio navegador puede advertirte de cuándo hay un problema con alguna de las cosas que comprueba. Sin embargo, también puede darse el caso de que no lo haga, por ejemplo, porque hayas tocado algo de la configuración sin darte cuenta.

Así, realizar uno mismo la comprobación de seguridad en Chrome debería ser una tarea habitual para cualquiera de los usuarios del navegador web. Por lo dicho: cuesta muy poco -tan poco como acceder a las preferencias del navegador y pulsar un botón, el resto del proceso es automático- y si algo va mal, cuanto antes estés al tanto de ello siempre será mejor.

Cómo realizar la comprobación de seguridad en Chrome

Como se ha repetido, la comprobación de seguridad en Chrome es un proceso realmente básico, que mucha gente no realiza simplemente porque ni entra en las opciones correspondientes, que están en «Configuración > Privacidad y seguridad > Comprobación de seguridad«. No tiene pérdida.

Comprobación de seguridad en Chrome

La comprobación de seguridad de Chrome comprobará, valga la redundancia, aspectos del navegador como:

  • Que Chrome esté actualizado en su versión más reciente.
  • Que ninguna de las contraseñas almacenadas haya sido vulnerada.
  • Que las opciones de navegación segura estén desactivadas.
  • Que ninguna de las extensiones instaladas suponga un riesgo para la seguridad o la privacidad de tus datos.

Cada uno de los puntos de la comprobación de seguridad en Chrome, el navegador te facilitará las acciones para corregir el problema, por ejemplo, llevándote al sitio oficial para que descargues la última versión, por si no pudiese actualizar por la vía ordinaria; si hay alguna contraseña que haya sido vulnerada, hará que la cambies; desactivará extensiones que hayan comprobado que son dañinas…

Y tampoco está de más que, una vez realizada la comprobación de seguridad de Chrome, consultes la guía de privacidad y el resto de preferencias de privacidad y seguridad, aunque si la privacidad te preocupa tanto como la seguridad, quizás Chrome no sea el navegador adecuado. Un alternativa interesante en este sentido es Brave, ya que es prácticamente un Chrome, pero mucho más respetuoso con tu privacidad.


Cómo trasladar Windows desde un disco duro a una SSD

El cambio de un disco duro por una SSD es una de las actualizaciones de hardware más interesantes que podemos realizar en cualquier equipo informático, ya que estas unidades de estado sólido ofrecen un buen número de ventajas en rendimiento, consumo o emisión de ruido.

Los beneficios son inmediatos por su mayor velocidad en transferencia de datos, mejores tiempos de arranque del sistema operativo, en el acceso a las aplicaciones o en los reinicios desde modos de suspensión o hibernación, además de ocupar menos espacio en el caso que optemos por una unidad M.2 conectada a PCIe.

Reemplazar físicamente un disco duro por una SSD es una tarea sencilla como vimos en este tutorial. Pero también implica trasladar la instalación de Windows (u otro sistema operativo) en el caso de que queramos conservar el sistema operativo existente, aplicaciones, configuraciones y datos personales de usuario.

Cómo trasladar Windows a SSD

La mayoría de fabricantes de SSD incluyen herramientas de clonación con la compra de las unidades. La idea básica es crear una imagen de la partición del sistema operativo del disco duro y trasladarla a la SSD. En un PC de sobremesa, simplemente se instala el SSD junto al disco duro y se realiza la clonación.

Si tenemos un ordenador portátil con una sola bahía el tema cambia y necesitaremos kits de conversión y/o cableado que pase los datos desde un USB a la interfaz de la SSD, generalmente SATA, antes de realizar el reemplazo de las unidades. Si no tenemos este tipo de adaptadores ni software de clonación, podemos utilizar otro método que sirve para mover cualquier sistema Windows instalado en un disco duro y copiarlo después en un USB, manteniendo las particiones, sistema, aplicaciones y todos los datos.

Elimina archivos innecesarios si lo necesitas

La única ventaja de los discos duros sobre SSD es su menor precio por GB y por ello los discos duros suelen tener una capacidad superior. La clonación es una copia 1:1 por lo que la capacidad de la SSD debe tener un tamaño mínimo a la cantidad de datos a trasladar. Un ejemplo. Si tenemos una partición con 300 Gbytes datos ocupados en el disco duro y la SSD es de 250 GB, tendremos que reducir 50 GB para poder trasladar los datos.

En estos casos o adquirimos unidades de estado sólido de mayor capacidad o debemos eliminar previamente archivos innecesarios, liberando espacio con el limpiador de disco de Windows, desinstalando algunas aplicaciones o juegos o simplemente borrando archivos desde el explorador.

Software de terceros

Hay un tipo de software específico que nos ayudará a realizar la migración de datos. Si el fabricante de la SSD no te lo ha proporcionado, puedes usar la aplicación Macrium Reflect que ponemos como ejemplo. Está disponible en versión gratuita y una trial para prueba durante 30 días y funciona realmente bien. Te dejamos con el paso a paso:

  • Descargamos e instalamos la aplicación en nuestro equipo.

  • Creamos la unidad de arranque. El instalador de Macrium se encargará de descargar los archivos necesarios Windows PE para crear la unidad de arranque. Podemos grabarla en una unidad óptica CD/DVD, en un pendrive USB o en una unidad de almacenamiento externo que también utilizaremos en el paso siguiente para crear la imagen de respaldo.

  • Desde el mismo Macrium Reflect podemos crear la copia de seguridad de nuestro equipo. Activa la creación de una «copia de seguridad -imagen de disco», marca todas las particiones y selecciona la carpeta de la unidad externa donde se creará.

  • Una vez creado el disco de arranque y la copia de respaldo es la hora de reemplazar el disco duro por la SSD. Como la inmensa mayoría de estas unidades SATA tiene un formato estándar de 2,5 pulgadas necesitaremos un adaptador a 3,5 pulgadas para acoplarla en nuestra torre de PC. Si se trata de un ordenador portátil es cuestión de sustituir una unidad por otra.

  • Una vez instalada la SSD, reinicia el equipo desde la unidad de arranque creada en CD/DVD, pendrive o disco externo USB. Selecciona la imagen de copia de seguridad creada.

  • Selecciona copiar todos los datos en la SSD de destino arrastrando y soltando cada partición en la unidad de estado sólido. Macrium Reflect realiza todo el proceso de forma automática e incluso cambia el tamaño de las particiones para que quepan en la SSD, aunque conviene señalar la precaución precia, la SSD tiene que tener un tamaño superior a la cantidad de datos a trasladar.

Personalmente, en un reemplazo de la unidad de almacenamiento y tras salvaguardar los archivos personales, recomendaría la realización de una instalación limpia desde cero utilizando un disco de arranque o los discos de recuperación del fabricante. Pero si prefieres realizar una clonación del disco duro para mover una instalación completa de Windows y sus datos, este método te va a funcionar.

Qué son las particiones de disco, cuáles son sus ventajas y cómo se gestionan

Las particiones de disco son una buena manera de gestionar el almacenamiento de un PC. Su uso mejora el mantenimiento de las unidades, su organización, la seguridad de los datos y hasta el rendimiento, además de permitir funciones avanzadas como la instalación de múltiples sistemas operativos.

Qué son las particiones de disco

Estas particiones son las denominaciones que reciben la división en varias partes de las unidades de almacenamiento en un ordenador personal. Para los usuarios que no las conozcan, decir que consiste en «trocear» un disco duro o una SSD en varias divisiones de «discos lógicos». Una vez creadas y preparadas con lo que conocemos como formateo, las particiones son reconocidas y manejadas por el sistema operativo de manera independiente, cada una con su propio sistema de archivos.

En sistemas Windows, las particiones están identificadas con una letra seguida por dos puntos. En otros sistemas como Linux y derivados de UNIX como macOS, es común emplear directamente varias particiones para archivos, datos de usuario y para memoria virtual temporal.

Cuando compramos un ordenador nuevo con Windows lo más probable es que tenga una sola partición “C:” que ocupa todo el espacio de la SSD o el disco duro. Algunos fabricantes añaden pequeñas particiones para recuperación del sistema y el mismo Windows crea las suyas propias adicionales, pero no están destinadas al manejo del usuario.

Las unidades de estado sólido que compramos a un minorista, por ejemplo para reemplazo de discos duros, suelen entregarse «vacías» y es el usuario el que debe elegir el número de particiones de disco que utilizará y formatearlas para que sean reconocidas por el sistema operativo. Puedes preparar las SSD o discos duros en cualquier PC o directamente cuando instales un sistema operativo, porque todos los habituales (Windows, Linux o macOS) permiten realizar la gestión de las particiones en el mismo proceso de instalación.

Si lo que quieres es gestionar las particiones de un disco que ya está en funcionamiento en Windows, puedes revisarlas en “Mi PC”, en el explorador de archivos o directamente a través del administrador de discos que es precisamente donde se pueden crear, cambiar o eliminar las particiones que maneja el sistema. Ahí también verás -en su caso- letras de unidades adicionales para discos ópticos, ubicaciones de red o medios de almacenamiento externos y/o extraíbles cuyas unidades se van creando a medida que las insertamos en el equipo.

Usos de las particiones de disco

Usadas habitualmente por usuarios medios/avanzados, son bastantes desconocidas por el gran público. Pero hay razones poderosas para conocerlas y usarlas como:

Instalar varios sistemas operativos

La mayoría de sistemas operativos tienen que instalarse en sus propias particiones primarias. En este escenario, contar con varias particiones separadas es obligatorio. Además, puedes crear terceras particiones para compartir archivos entre ellos si usan distintos sistemas de archivos. Un ejemplo de uso de particiones para sistemas lo tienes en esta guía donde vimos la instalación de Windows y Linux en el mismo equipo.

Salvaguardar tus datos en caso de fallos del sistema

Si el sistema operativo falla por cualquier causa (controladores, aplicaciones o virus) es probable que no puedas acceder a la unidad ni realizar una restauración del mismo. Contar al menos con dos particiones, una para el sistema y otra para los datos, te asegura que un fallo del sistema no afectará a tus archivos personales. De la misma manera, si tenemos que volver a instalar desde cero el sistema operativo, solo tendremos que formatear su partición, manteniendo a salvo las particiones adicionales que tengamos creadas para nuestras copias de seguridad y archivos personales.

Rendimiento mejorado

Los grandes discos duros (10, 12 o más TB) ofrecen una capacidad de almacenamiento enorme, pero obligan a las cabezas lectoras a un mayor recorrido. Con ello, dividir el disco en varias particiones te asegura un menor retraso en el reposicionamiento de los datos y un mejor rendimiento. No es elevado y no afecta a las SSD que funcionan de otra manera sin partes móviles, pero a la hora del rendimiento todo suma.

Mejor mantenimiento

Contar con varias particiones facilita el mantenimiento de las unidades de almacenamiento, la comprobación de errores, su optimización y la desfragmentación de las unidades (solo en discos duros). También acelera la búsqueda de los archivos.

Mayor facilidad en la organización

Contar con varias particiones de disco facilita la organización personal. Un ejemplo de uso en una unidad de almacenamiento típica, constaría de una partición C: para el sistema; D: para instalación de aplicaciones y juegos, y E: para copias de seguridad, documentos, fotos, música o vídeo. Las posibilidades son casi ilimitadas y mejoran la organización frente a una única partición.

Gestión de las particiones de disco

Todos los sistemas operativos ofrecen herramientas nativas propias para gestionar las particiones y terceros desarrolladores ofrecen aplicaciones comerciales más avanzadas. En Windows, su gestión se realiza a través del “Panel de control-Herramientas administrativas-Administración de equipos-Administración de discos”. También puedes acceder mediante la herramienta ejecutar (Teclas Windows + R) utilizando el comando «diskmgmt.msc». 

Ahí accederás a una interfaz tipo como la de la imagen. Sus posibilidades van desde la creación de particiones adicionales (siempre que contemos con el suficiente espacio); reducir el tamaño de cada una de ellas para hacerlo posible; formatearlas; cambiar la letra de acceso y ruta a la unidad o formatearla para una limpieza completa.

Ejemplos de uso son:

Crear particiones

Si tienes espacio libre en tus unidades de almacenamiento, puedes usarlo para crear una o más particiones nuevas. El espacio sin particionar se resalta y se etiqueta como «No asignado» o «Espacio libre». La forma más rápida y sencilla de crear una partición usando todo o solo parte del espacio libre disponible es hacer clic derecho o mantener presionado ese espacio no asignado y hacer clic en «Nuevo volumen simple».

Cambiar el tamaño de las particiones

También puedes reducir o expandir las particiones de los discos, siempre que haya espacio libre (sin particionar) disponible inmediatamente antes o después de la partición que estás tratando de modificar. Para reducir (o expandir) el tamaño de una partición haz clic derecho sobre ella y selecciona «Ampliar volumen» o en «Reducir volumen». La utilidad te permitirá reducir la partición hasta el máximo de espacio que no esté utilizando en ese momento. Una vez completado el proceso, tendrás un espacio libre en el disco con esa cantidad que puedes usar para crear particiones de disco adicionales.

Borrar particiones

De la misma manera puedes eliminar particiones que no utilices y liberar espacio de disco para crear otras nuevas o para añadir ese espacio a otra existente. Asegúrate de salvar previamente los archivos que necesites porque todos serán eliminados. Como en casos anteriores, haz clic con el botón derecho en una partición y selecciona «Eliminar Volumen». Hay particiones que no podrás eliminar desde esta utilidad, como la reservada para el sistema EFI o la partición «C:» que es la que mantiene el sistema operativo en uso.

Formatear particiones

Si acabas de crear una partición en una de tus unidades, el asistente te ofrece la posibilidad de formatearla. Sin embargo, también puedes formatear una partición que ya está creada y presente en una unidad. Formatear una partición significa que se eliminarán todos los datos que contiene, así que asegúrate de realizar una copia de seguridad de todos los archivos que te interesen salvar antes de continuar. Para formatear una partición existente, haz clic sobre ella con el botón derecho y selecciona «formatear» en el menú contextual. Podrás elegir el sistema de archivos o la «etiqueta de volumen», el nombre de esta partición que verás por ejemplo cuando accedas a ella desde el navegador de archivos.

Cambiar las letras de unidad o etiquetas

La herramienta también puede cambiar las letras de unidad de las particiones, que, por ejemplo puedes ver en el explorador de ficheros. Puedes hacerlo tanto por comodidad, como cuando hay un conflicto entre las ocupadas por las distintas particiones, con la salvedad de la que instala el sistema «C:», que no puede cambiarse por esta herramienta. De la misma manera, puedes cambiar la «etiqueta del volumen» o lo que es lo mismo, el nombre de la partición. Útil para facilitar su visibilidad y gestión cuando tienes muchas de ellas. Igual que las funciones anteriores, para modificar estos parámetros haz clic con el botón derecho en una partición y sigue el asistente.

Como habrás visto, el uso de particiones de disco es relativamente sencillo una vez conocido su funcionamiento. Son muy útiles para el mantenimiento de las unidades de almacenamiento, la seguridad de datos y especialmente para la organización de los archivos en nuestro ordenador personal. Las herramientas internas que incluyen los sistemas operativos son suficientes para la mayoría de usos y si necesitas más puedes acudir al software de terceros, más completo y especializado.

4 aplicaciones para gestionar permisos en Android

Los permisos en Android son un asunto que desde hace años se maneja con cierta contradicción. Por un lado tenemos un sistema operativo que intenta ofrecer más control al usuario, cosa que se nota en las características tangibles que Google ha incorporado con el paso de los años, pero por otro nos encontramos con las implementaciones suministradas por los fabricantes, las cuales muchas veces introducen una gran cantidad de cambios y encima son en la aplastante mayoría de las ocasiones privativas, por lo que al final ofrecen poca transparencia de lo que hacen.
Lo contradictorio de la situación de Android en torno a su transparencia queda evidencia con hechos como que en 2019 se descubrieron más de mil aplicaciones que recopilaban datos incluso negando los permisos. Aunque no lo parezca, la realidad es que ese tipo de cosas no gustan en Google, que con las sucesivas versiones del sistema ha ido introduciendo controles más pormenorizados con el propósito de dar más poder al usuario. Por otro lado y a pesar de las concesiones a los usuarios, la compañía del buscador siempre tendrá a su disposición vías para seguir recopilando datos.
Viendo que las limitaciones implementadas por Google a partir de Andorid 6 no siempre han surtido efecto, podría ser una buena idea reforzar la gestión de los permisos con alguna aplicación dedicada, así que vamos a mencionar cuatro aplicaciones para gestionar los permisos en Android.
Privacy Dashboard
Privacy Dashboard es similar a algunas de las mejoras introducidas en Android 12 (como ya hemos dicho, Google intenta dar más poder a los usuarios, aunque bajo sus propias condiciones). Básicamente, lo que se encarga de hacer es intentar llevar dichas mejoras a dispositivos que no recibirán la mencionada versión del sistema operativo (siempre queda la opción de meter una ROM en caso de hallar una compatible, pero aquí hace falta tener conocimientos o recurrir a un técnico que sepa).
Lo que realiza es monitorizar todos los permisos concedidos y usados por las aplicaciones instaladas en una instancia de Android. En caso de que alguna pida permisos para acceder a partes sensibles como la cámara, el micrófono o la ubicación, Privacy Dashboard se encargará de mostrar un indicador en la esquina superior derecha. Si el usuario lo desea, puede conceder a la propia Privacy Dashboard permisos sobre su ubicación.
Es una aplicación gratuita, pero a su favor tiene el hecho de que su código fuente está publicado bajo la licencia GPLv3, por lo que ofrece bastante transparencia en ese frente y se la puede considerar como software libre de línea dura. En caso de estar satisfecho con la aplicación, nunca viene mal aportar una donación a su desarrollador.

GlassWire
GlassWire no es en sí mismo un gestor de permisos, sino que más bien se la puede considerar como un monitor de privacidad. Se encarga de monitorizar las aplicaciones que hacen uso del plan de datos móvil para acceder a Internet y así evitar que el proveedor se cobre de más. También notifica en caso de detectar alguna que esté teniendo actividad con la red, intenta asegurarse de que las aplicaciones no estén violando la privacidad y contribuye a mejorar la autonomía del dispositivo.
Eso sí, a pesar de no estar específicamente hecha para controlar los permisos en Android, eso no quiere decir que GlassWire no tenga capacidades defensivas, ya que es capaz de bloquear ciertas aplicaciones para que no conecten a Internet hasta que sean enrutadas a través de su propio firewall, abriendo así la puerta a verificar posibles actividades sospechosas.
GlassWire dice que no rastrea, pero esto queda en manos del usuario creérselo o no debido a que la aplicación es privativa. En un principio es gratuita con funciones limitadas, así que para acceder a todo lo que ofrece hay que pagar 0,99 euros.

Bouncer
Es una de las aplicaciones más populares dentro de su segmento. Lo que hace ya lo hemos adelantado más que de sobra, y es gestionar los permisos dentro de un sistema Android.
Una de las características más destacadas es que permite conceder permisos temporales a las aplicaciones, algo que puede venir muy bien para esos momentos en los que, por circunstancias excepcionales, hay que conceder un permiso para realizar algo muy específico. De esta manera el usuario no tiene por qué, al menos en teoría, preocuparse de recordar si ha revocado o no el permiso, y es que esto no solo sirve para poner límites a los servicios y las aplicaciones, sino que también puede contribuir a reducir la superficie de ataque de los actores maliciosos.
Bouncer pone a disposición tres opciones para la concesión de permisos: mantener, eliminar y programar. Mantener deja los permisos concedidos de forma permanente, eliminar revoca un permisos concedido, mientras que programa hace que un permiso sea concedido solo por un tiempo limitado.
Otra característica interesante es que Bouncer revoca un permiso en cuanto se cierra la aplicación a la que se le ha concedido. Dicho con otras palabras, si se le ha concedido acceso a la cámara a Instragram, se encarga de revocarlo en cuanto la aplicación de Instagram sea cerrada. De esta manera se fortalece la perspectiva de conceder permisos solo en los instantes necesarios y no de forma permanente o indiscriminada.

App Permission Manager
App Permission Manager es otro producto dedicado a permitir que el usuario sea capaz de gestionar los permisos concedidos en su dispositivo Android. Frente a otras opciones mencionadas en esta entrada, su curva de aprendizaje es un poco más pronunciada, así que puede ser un poco difícil de usar para aquellos que no tengan ciertos conocimientos técnicos.
La aplicación se encarga de mostrar al usuario qué permisos concedidos son probablemente un riesgo para sus datos y cuáles no. Además, se encarga de categorizar las aplicaciones instaladas en cuatro niveles de riesgo: alto, medio, bajo y ninguno.
A estas alturas no hace falta ser un iluminado para imaginarse que el riesgo alto significa que una aplicación tiene acceso a información sensible como los contactos, el riesgo medio a partes no tan accesible como la cámara y las funciones de llamada, mientras que en el riesgo bajo se supone que todo está aparentemente bajo control.

La propia gestión de los permisos en Android
Y por último, nunca viene mal recordar que Android 12 incluyó en sus opciones la posibilidad de manejar permisos concedidos a las aplicaciones. Para ello hay que dirigirse a Ajustes > Privacidad > Panel de privacidad.
Desde ahí el usuario puede ver los permisos concedidos y/o utilizados en las últimas 24 horas. Para mostrar todos los permisos hay que dirigirse al menú (los tres puntos verticales ubicados en la superior derecha de la pantalla) y pulsar sobre “Mostrar sistema”.
El panel de privacidad no tiene ningún misterio y es fácil de utilizar, así que esperemos que Google cumpla con la próxima versión mayor del sistema y lo mejore para así dar más poder a los usuarios, aunque eso no quita otros problemas como la falta de transparencia de la mayoría de implementaciones suministradas por los fabricantes de dispositivos.

Sustituir el sistema de fábrica por una ROM, una posible vía para poder mejorar la gestión de los permisos en Android
Aquí volvemos a algo que dijimos al principio: la falta de transparencia de las implementaciones de Android procedentes de los fabricantes de dispositivos debido a que son privativas. Android está publicado principalmente bajo la licencia Apache 2, la cual permite cerrar el código en todo software derivado.
A la falta de transparencia se suma la acusada obsolescencia programada de los dispositivos móviles, que muy raras veces superan los tres años de soporte oficial en el mejor de los casos. Estos dos factores refuerzan mucho la idea de instalar una ROM personalizada, más si esta está publicada como código abierto.
El usuario puede ganar mucho con una ROM personalizada de Android gracias a que se descuelga de la política de obsolescencia programada del fabricante, sigue recibiendo soporte, actualizaciones de seguridad y puede ganar mucha transparencia gracias al código abierto, si bien sería prudente recordar que eso no obra milagros.
Aprovechamos para recordar que Google está implementando medidas que están dando cada vez más control a los usuarios sobre los permisos concedidos, y esas medidas están presentes en Android Open Source Project (AOSP), por lo que su llegada a las ROM personalizadas, al menos sobre el papel, debería de ser fácil. Esto podría minimizar la necesidad de utilizar una aplicación adicional para la gestión de los permisos, aunque nunca viene mal instalar una si uno no se fía.
Conclusión
La gestión de los permisos en Android es un asunto que se suele tomar demasiado a la ligera y que está desatendido por la mayoría de los usuarios. El sistema implementado por Google es sencillo y moderno, es menos áspero que los de Windows y Linux, pero desgraciadamente es probable que la mayoría, que no tiene conocimientos de computación, no sea consciente de lo que hace cuando concede permisos a las aplicaciones.
Llegados a este punto, es evidente que hay dos cosas pendientes: la mejora de la gestión de los permisos en Android por parte de Google y el formar a los usuarios para que sean más conscientes de lo que hacen. Además de eso, y mientras que el gigante del buscador va mejorando su marco para la gestión de los permisos, podría ser conveniente usar alguna aplicación complementaria que ofrezca una configuración o al menos una visualización más pormenorizada.

Cinco problemas frecuentes con Windows 11 y cómo resolverlos

Windows 11 es un sistema operativo de nueva generación que todavía tiene muchos detalles por pulir. Es cierto que, con el paso de los meses, ha recibido parches y actualizaciones que han corregido algunos errores y problemas importantes, y que poco a poco cada vez tenemos menos razones para no instalarlo, pero esto no quiere decir que nos encontremos ya en el mejor momento para dar el paso. Yo, personalmente, tengo claro que voy a esperar un poco más, al menos en mi PC personal.

A día de hoy he probado Windows 11 en diferentes equipos, pero todos han sido sistemas de última generación con configuraciones de hardware más que aceptables, así que es comprensible que la experiencia que he tenido haya sido, en general, bastante buena. No obstante, esto no quiere decir que no haya tenido problemas, de hecho ha ocurrido todo lo contrario.

Por ejemplo, hace poco una actualización de Windows 11 dejó fuera de juego la conexión Wi-Fi del equipo de pruebas que utilizamos en los análisis, y perdí varias horas para hacer que la conexión volviera. Sí, fue un desastre, y el culpable fue Windows 11 y su sistema de actualizaciones, que generó un conflicto grave y me obligó a trastear durante un buen rato. Un usuario normal no habría podido resolver el problema, y habría tenido que recurrir al servicio técnico, lo que le habría supuesto un gasto considerable.

Partiendo de todas las experiencias que acumulo con Windows 11, he creído que sería una buena idea recopilar cinco problemas frecuentes que pueden daros más de un quebradero de cabeza con dicho sistema, y mostraros directamente la solución para que no tengáis que perder tiempo buscando «la salida», como me ocurrió a mi en su momento. Como siempre, si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaré a resolverla.

1.-Problemas de conexión a Internet con Windows 11

Lamentablemente estoy teniendo con Windows 11 todos los problemas de conexión que no tuve con Windows 10. Creo que, en algunos casos, puede ser una cuestión de controladores, puesto que me fue imposible resolver un problema de pérdida de conexión a Internet con el portátil de un familiar que utilizaba un adaptador Realtek para conectarse vía Wi-Fi. Probé con una unidad USB con antena integrada y listo, la conexión volvió a funcionar sin problemas.

He querido empezar diciendo esto porque quiero que tengáis claro que algunas soluciones de red inalámbrica pueden dar problemas que son «imposibles» de solucionar, entre comillas porque que yo no haya podido solucionarlos no quiere decir que otro no pueda hacerlo. Cuando me he encontrado con estos casos, utilizar un adaptador externo por USB ha sido la solución más sencilla, rápida y económica. Antes de recurrir a esto, que debe ser vuestra última opción, podéis probar estos pasos:

Reinicia tu PC y tu router.

Utiliza el solucionador de problemas de Windows 11, aunque no lo parezca puede sacarte de más de un apuro. Puedes hacer clic derecho en el icono de tu conexión a Internet, situado en la bandeja del sistema, y elegir directamente la opción «solucionar problemas».

Actualiza los controladores de tu adaptador de red y el sistema operativo.

Si nada de lo anterior funciona prueba a restablecer los ajustes de red.

Ten en cuenta que la propia Microsoft confirmó que algunos adaptadores de red, como aquellos basados en Intel Killer, estaban dando problemas de conexión a Internet, así que es importante tener el sistema operativo actualizado para asegurarnos de que tenemos los últimos parches que, normalmente, resuelven este tipo de problemas.

2.-Problemas con la memoria RAM

Windows 11 es un sistema operativo más exigente que Windows 10, y en todos los sentidos, aunque la memoria RAM es uno de los más importantes. Para mover Windows 10 de forma más que aceptable bastaba con 4 GB de RAM, pero para hacer lo propio con Windows 11 necesitamos al menos 8 GB de memoria RAM, es decir, el doble. Si tenemos 4 GB de RAM la experiencia con este sistema operativo no va a ser realmente buena, así que tenedlo en cuenta antes de actualizar.

Si a pesar de todo has dado el salto a Windows 11 puedes mejorar el rendimiento cerrando aplicaciones en segundo plano y limitando las que cargan de inicio. También hemos visto problemas de consumo excesivo de RAM asociado a programas y aplicaciones que a pesar de haber sido cerradas siguen activas, lo que genera un consumo de RAM creciente que en algunos casos puede dar problemas.

Para solucionar este problema podemos forzar el cierre del programa o de la aplicación a través del «Administrador de Tareas», siempre que nos aparezca listado en él, o si esto no es posible podemos reiniciar el «Explorador de Windows». Para ello solo tenemos que acceder al «Administrador de Tareas», hacer clic derecho en el «Explorador de Windows» y elegir la opción «reiniciar». El proceso de reinicio no llevará más de unos segundos, y no te preocupes, que es totalmente seguro y no provoca ningún tipo de problema.

3.-La barra de tareas y el menú de inicio no funcionan

Este es un problema que he sufrido también con Windows 10, y la verdad es que me sorprendió volver a experimentarlo en Windows 11. Puede ser muy molesto y complicado de resolver si no sabemos por dónde tenemos que tirar, así que por eso voy a daros tres posibles soluciones. La primera es la más sencilla, reiniciar el equipo. Podemos hacerlo pulsando «Alt + F4» y eligiendo la opción reiniciar. También podemos pulsar «Control + Alt + Suprimir» para acceder a las opciones de apagado y encendido.

Si esto no funciona, podemos repetir el paso de reiniciar el «Explorador de Windows» que os hemos dado en el punto dos. Lo más normal es que este paso funcione correctamente, es decir, que resuelva el problema, pero si esto no ocurre tenemos una tercera opción, más complicada, que os voy a detallar a continuación:

Pulsamos la tecla de Windows y escribimos «cmd» para lanzar la consola. No es necesario hacer el paso previo de «Ejecutar». Hacemos clic derecho en el resultado correspondiente y elegimos la opción de ejecutar como administrador.

Una vez dentro, pegad este comando (sin comillas) «DISM /Online /Cleanup-Image /RestoreHealth». Con ese comando estamos solucionando problemas derivados de archivos corruptos.

Cuando el proceso anterior haya terminado debemos utilizar el comando «sfc /scannow», también sin comillas. Listo, todo debería funcionar correctamente.

4.-Problemas de rendimiento con CPUs AMD y con unidades SSD

En este caso la solución es bastante sencilla, aunque ambos problemas siguen afectando todavía a un número considerable de usuarios que no han actualizado debidamente sus equipos. El problema de rendimiento que daban los procesadores AMD con Windows 11 quedó resuelto en octubre de 2021, gracias al lanzamiento de dos actualizaciones que, obviamente, son imprescindibles y que debemos tener instaladas.

La primera viene de la mano de Microsoft y se identifica como KB5006746, una actualización que resuelve los problemas asociados a la caché L3, mientras que la segunda viene de parte de AMD y es una puesta a punto de sus chipets. Podemos encontrarla en la web oficial de la compañía de Sunnyvale dedicada a las descargas de controladores. Solo tenéis que seleccionar el modelo de placa base que tenéis y el tipo de chipset. También es importante que actualicéis la BIOS de vuestra placa base, ya que AMD confirmó algunos problemas vinculados al uso del fTPM.

En lo que respecta a los problemas de rendimiento con unidades SSD en Windows 11 tengo también una buena noticia para vosotros, ya que este fue resuelto con la actualización KB5007262, aunque dicha actualización no se lanzó como obligatoria, así que tenemos que proceder a su instalación manual para solucionar los problemas que hemos comentado. Si no sabéis dónde localizar las actualizaciones de Windows 11 para proceder a su instalación manual no os preocupéis, solo tenéis que entrar en este enlace y accederéis al buscador oficial.

5.-Problemas con los widgets en Windows 11

Una de las novedades más importantes que introdujo Microsoft con Windows 11 fue el panel de widgets en el lateral izquierdo de la pantalla. Gracias a ese panel de widgets podemos acceder con mayor rapidez a ciertas aplicaciones, eventos e informaciones que pueden ser de mayor o menor utilidad, aunque obviamente esto conlleva un consumo de recursos considerable y, al final, ha sido otro de los cambios que más problemas está dando.

Si estás teniendo problemas con los widgets, como por ejemplo que el panel está totalmente vació o que directamente no funciona, no te preocupes, esto tiene una solución muy sencilla, solo tienes que cerrar la sesión haciendo clic en el botón situado en la esquina superior derecha del panel de widgets. En caso de que no puedas abrir el panel de widgets con el ratón pulsa las teclas «Windows + W».

Una vez que hayas completado este paso, vuelve a iniciar sesión y todo debería haber vuelto a la normalidad. Reiniciar el «Explorador de Windows» también puede ayudarnos a resolver este problema si vemos que el paso anterior no tuvo efecto. Aseguraos de que tenéis los widgets habilitados, puede parecer una perogrullada pero ya sabéis, al final un despiste lo tiene cualquiera.

Guía de compras de teclados gaming y recomendaciones

Los teclados gaming han pasado de ser casi una rareza, un producto de nicho dirigido solo a unos pocos a convertirse en un producto de consumo general ampliamente extendido. Esa democratización de los teclados gaming ha sido posible gracias a una importante bajada de los precios, pero también a una mejora notable en los diseños y en las prestaciones que han hecho que, al final, este tipo de periféricos también sean perfectos para trabajar.
No hablo sin motivo, hace ya unos cuantos años decidí lanzarme a la aventura y pasar de un teclado de membrana a uno gaming de tipo mecánico, y la verdad es que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en toda mi vida. Al principio me daba un poco de miedo porque no estaba seguro de si iba a ser una experiencia realmente cómoda, especialmente por los cambios en las sensaciones que transmiten este tipo de teclados, por la altura de las teclas y por el ruido que hacen (normalmente).
A día de hoy tengo claro que no volvería a un teclado de membrana. He tenido la oportunidad de probar nuevos teclados de este tipo tras mi salto a los teclados mecánicos, e incluso he utilizado modelos híbridos, y al final ninguno de ellos ha podido hacer que me olvide de mi clásico teclado gaming mecánico, un periférico que utilizo tanto para jugar como para trabajar.
Lo tengo muy claro, pero en su momento mi situación fue totalmente distinta. No os voy a mentir, tuve muchas dudas a la hora de elegir entre la enorme cantidad de teclados gaming que estaban disponibles en el mercado, y actualmente la situación es todavía más complicada, ya que existen todavía más modelos y hay muchas más marcas ofreciendo soluciones interesantes.
Por ello, he decidido que ya iba siendo hora de dar forma a una guía de compras de teclados gaming, donde veremos qué cosas debemos tener en cuenta a la hora de comprar nuestro nuevo teclado, y también os dejaremos algunas recomendaciones concretas para que tengáis un punto de partida sobre el que empezar a decidir vuestra compra. Para que esta guía sea de utilidad para todos nuestros lectores no nos vamos a limitar a un presupuesto en concreto, sino que vamos a ofreceros diferentes opciones en gamas distintas. Como siempre, si tenéis alguna duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla.

Teclados gaming: consideraciones previas
Los teclados gaming se dividen en varios grupos en función del tipo de interruptores que utilicen, y también podríamos diferenciarlos por el formato y por el tamaño, ya que al fin y al cabo existen modelos que incluyen una distribución completa, otros que eliminan el pad numérico para reducir el tamaño, y también hay variantes que prescinden de otras teclas, como las de función, y que tienen un tamaño muy compacto. El Corsair K70 RGB TKL Champion Series y el Corsair K65 RGB Mini son dos claros ejemplos.
Por tanto, lo primero que tienes que tener claro antes de empezar a bucear en el mercado de los teclados gaming es qué tamaño o formato se ajusta mejor a tus necesidades. Personalmente, prefiero los modelos estándar, con sus teclas de función y su pad numérico, pero si tienes un escritorio pequeño o simplemente quieres mantener una configuración minimalista no te preocupes, encontrarás modelos adaptados a tus preferencias.
Ten en cuenta que no todos los teclados tienen la misma ergonomía ni el mismo diseño. Tampoco cuentan con la misma cantidad de teclas dedicadas, no tienen una iluminación LED RGB al mismo nivel ni ofrecen el mismo grado de personalización, y muchos vienen sin reposamuñecas. En mi caso, esto último marca una diferencia importante porque paso más horas al día escribiendo que jugando, pero incluso aunque vayáis a utilizar el teclado gaming para jugar principalmente es un accesorio que representa un valor claro.
Una vez que tengas eso claro, lo siguiente que debes valorar es tu presupuesto y tus aspiraciones. Los teclados gaming de membrana siguen teniendo una importante presencia en el mercado, y es algo totalmente normal ya que, al final, no dejan de ser una alternativa económica y silenciosa a los teclados mecánicos, aunque con el paso del tiempo y la importante bajada de precios que han experimentado los teclados mecánicos han perdido interés. Junto a estos, también podemos encontrar otras versiones basadas en interruptores ópticos-mecánicos que, normalmente, se utilizan en modelos de gama alta.

Teclados gaming con interruptores de membrana
Los teclados de membrana utilizan tres membranas plásticas y delgadas, dos con pistas conductoras grabadas en la cara interior y la tercera como capa de separación agujereada en las zonas en las que va cada tecla. Cuando pulsamos una tecla estamos haciendo una presión que llevará a un contacto entre esas membranas, lo que dará como resultado el registro de una pulsación.
Este tipo de teclados se caracterizan por ofrecer una experiencia de escritura que, en general, resulta más suave y silenciosa. Esto tiene importantes implicaciones, ya que tenemos una sensación menos marcada al pulsar una tecla, tanto al oído como al tacto, y puede acabar afectando negativamente a nuestro rendimiento tanto al escribir como al jugar. También pueden generar una mayor fatiga porque, al final, hay que realizar pulsaciones profundas hasta llegar al punto de contacto, ya que de lo contrario la pulsación no quedará registrada.
Por lo general, los teclados gaming de membrana son una opción inferior a los mecánicos no solo por esa falta de retroalimentación con cada pulsación, sino también porque ofrecen una experiencia de uso más lenta, ya que es necesario pulsar cada tecla hasta el fondo o no se registrará debidamente, suelen tener problemas para registrar la pulsación de varias teclas de forma simultánea y su vida útil es mucho menor. Un teclado de membrana también tiene una vida útil inferior a la de un teclado mecánico, ya que ronda entre 5 y 10 millones de pulsaciones, aunque suelen ser mucho más económicos.
Teclados gaming con interruptores mecánicos

Este tipo de teclados son, sin duda, la opción más recomendable para aquellos que quieran dar un auténtico salto cualitativo y disfrutar de sus juegos a otro nivel. Los interruptores mecánicos cuentan con un interruptor individualizado por tecla compuesto por un muelle y dos contactos eléctricos. Cuando se produce una pulsación el interruptor se mueve hacia abajo, y con ello se desplaza una pieza de plástico que ejerce una separación física entre los dos contactos eléctricos, haciendo que estos se junten y que se registre la pulsación. El muelle o resorte es el que hace que la tecla vuelva rápida y fácilmente a su posición original.
Su diseño es totalmente diferente al de los interruptores de membrana, y esto se traduce en unas sensaciones totalmente distintas. Por lo general, los teclados gaming mecánicos ofrecen una pulsación más marcada, intensa y sonora, aunque también existen variantes silenciosas que hacen su trabajo bastante bien. No es necesario pulsarlos hasta el final para alcanzar el punto de actuación, lo que se traduce en una respuesta y una experiencia de uso más ágil que puede marcar una diferencia considerable en juegos. También pueden registrar sin problemas múltiples pulsaciones de forma simultánea, y tienen una vida útil mucho mayor, ya que rondan los 50 millones de pulsaciones, aunque algunos modelos pueden superar esa cifra.
Los teclados mecánicos son, sin duda, la mejor opción para gaming. Podemos argumentar que los teclados de membrana son más baratos, que son silenciosos, que pueden integrarse en diseños casi totalmente planos y muy compactos y que ofrecen una experiencia aceptable para lo que cuestan, pero la verdad es que con el tiempo esos argumentos han dejado de tener sentido. Hoy en día podemos encontrar teclados mecánicos a precios muy bajos, existen interruptores mecánicos silenciosos y también podemos encontrar modelos compactos y versiones con teclas de perfil bajo.

Teclados gaming híbridos: ópticos-mecánicos y membrana-mecánicos.
Los interruptores óptico-mecánicos son una alternativa superior a los clásicos interruptores mecánicos. Su base es muy parecida, pero utilizan un sensor láser para identificar las pulsaciones en lugar de los contactos metálicos presentes en los interruptores mecánicos. Esto aumenta su precisión y su vida útil, ya que pueden alcanzar los 150 millones de pulsaciones, tienen un punto de activación de apenas un milímetro y el retraso que producen por rebote es mínimo, ya que el restablecimiento de la tecla tiene lugar en solo 0,5 milisegundos.
También podemos encontrar teclados híbridos que utilizan interruptores que combinan elementos mecánicos y de membrana. Este tipo de teclados gaming parte de la misma idea que tenemos en el interruptor mecánico, es decir, de un interruptor individualizado por tecla y dos contactos eléctricos que, cuando entran en contacto, registran la pulsación. Sin embargo, en la base no encontramos un muelle, sino una terminación de caucho flexible, que lo que genera una experiencia de uso a medio camino entre un teclado de membrana y uno mecánico. Podríamos decir que intentan unir lo mejor de los dos mundos, pero la verdad es que no lo hacen del todo bien, y al mismo tiempo mantienen los aspectos negativos de los teclados de membrana.
De ambos tipos de interruptores, el único que puedo dar fe de que realmente merece la pena es el óptico-mecánico. Hace poco tuve la oportunidad de probar una de las mejores implementaciones que se ha hecho hasta el momento de este tipo de interruptores en el Corsair K100 RGB, y la verdad es que me dejó un buen sabor de boca. Estos teclados tienen un precio muy elevado, pero lo compensan ofreciendo una experiencia de uso sobresaliente y una larguísima vida útil. Al final, son una inversión que podremos amortizar sin problema.
Tipos de interruptores: una guía rápida para que sepas cuál elegir

Dentro de la categoría de teclados gaming mecánicos existen una amplia variedad de interruptores distintos. Estos se identifican en función del color que tienen asignado, y se diferencian en aspectos tan importantes como el recorrido, la fuerza de actuación, el ruido que producen y las sensaciones que transmiten por pulsación.
Como habréis podido imaginar por lo que hemos dicho anteriormente, elegir el tipo de interruptor que tendrá nuestro teclado mecánico es una de las decisiones más importantes que tendremos que tomar, ya que de ello dependerá, al final, la experiencia de uso que tendremos. Si elegimos uno que no se adapta realmente a nuestras preferencias puede que nunca lleguemos a estar satisfechos con él, y que acabemos contando los días que nos quedan para poder volver a cambiarlo.
Por ello, a continuación vamos a compartir con vosotros un desglose claro y sencillo con los tipos de interruptores que se utilizan a día de hoy en teclados gaming mecánicos, y veremos los conceptos más importantes que definen a cada uno de ellos. Esto os ayudará a tener toda la información que necesitáis para acertar en la compra de vuestro próximo teclado.
• Interruptores mecánicos lineales: estos destacan por ofrecer una experiencia de escritura muy rápida y ágil, transmiten una sensación suave y consistente, y no son demasiado ruidosos.
• Interruptores táctiles: se diferencian de los anteriores porque producen un pequeño salto con cada pulsación y son algo más ruidosos.
• Interruptores de tipo «clicky»: tienen en común con los anteriores ese salto en la pulsación que se produce con cada pulsación, pero son bastante más ruidosos, lo que los hace poco recomendables como opción para trabajar y jugar.
Ya sabemos qué tipo de interruptores existen dentro de lo que podemos considerar como el nivel base, ya que estos posteriormente se subdividen en colores que sirven para diferenciar sus características clave. Antes de ver las particularidades de cada uno de esos colores debemos tener claro qué es lo que significan:
• Punto de actuación: es el recorrido que debemos hacer hasta que se registra la pulsación. Por ejemplo, una tecla puede tener un recorrido de 4 mm en total, pero registrar la pulsación a partir de los 2 mm.
• Recorrido de la tecla: es la distancia máxima que puede recorrer una tecla durante una pulsación. Siguiendo con el ejemplo anterior serían esos 4 mm totales.
• Fuerza de actuación: esto refleja la fuerza que es necesaria para que produzca una pulsación. A mayor fuerza requerida, mayor dureza, y a la inversa.
• Tiempo de respuesta: es el lapso de tiempo que pasa desde que realizamos una pulsación hasta que el teclado responde a ella. Cuanto menor sea, más rápidas serán nuestras interacciones con el teclado.
• Tiempo de restablecimiento: este es el tiempo que tiene que pasar desde que hacemos una pulsación hasta que dicha tecla vuelve a poder efectuar una nueva pulsación. Se mide en Hz.
A continuación vamos a repasar los interruptores mecánicos más utilizados y sus características diferenciadoras. Tened en cuenta que existen algunos interruptores específicos de ciertos fabricantes, y que al ser menos comunes y limitarse a marcas concretas los vamos a obviar por completo. Con todo, si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios como ya os he dicho al principio de esta guía. Este tipo de interruptores tienen una vida útil de entre 50 y 100 millones de pulsaciones.
Interruptores Red (color rojo)

• Tipo de interruptor lineal. Son mis favoritos.
• Sirven para trabajar y para jugar, aunque no todo el mundo se adapta bien a su suavidad de pulsación y a su punto de actuación de 2 mm.
• Fuerza de actuación: 45g.
• Punto de actuación: 2 mm.
• Recorrido de la tecla: 4 mm.
• Ruido: medio-alto.
Existe una versión de perfil bajo con un recorrido total de 3,2 mm y un punto de actuación de 1,2 mm.
Interruptores Red (silenciosos)

• Tipo de interruptor lineal.
• Son más recomendables para jugar, porque reducen el punto de actuación y el recorrido.
• Fuerza de actuación: 45g.
• Punto de actuación: 1,9 mm.
• Recorrido de la tecla: 3,7 mm.
• Ruido: bajo.
Interruptores Speed Silver (plata)

• Tipo de interruptor lineal.
• Ideales para jugar por su bajo punto de actuación.
• Fuerza de actuación: 45g.
• Punto de actuación: 1,2 mm.
• Recorrido de la tecla: 3,4 mm.
• Ruido: medio-alto.
Existe una versión de perfil bajo con un recorrido total de 3,2 mm y un punto de actuación de 1 mm.
Interruptores Clear (blanco)

• Tipo de interruptor táctil.
• Está «hermanado» con los interruptores Brown, son mejores para escribir que para jugar por la fuerza de actuación que requieren.
• Fuerza de actuación: 65g.
• Punto de actuación: 2 mm.
• Recorrido de la tecla: 4 mm.
• Ruido: medio-alto.
Interruptores Black (negro)

• Tipo de interruptor lineal.
• Buena opción para escribir y jugar. Su mayor fuerza de actuación hace que sean menos propensos a registrar pulsaciones dobles.
• Fuerza de actuación: 60g.
• Punto de actuación: 2 mm.
• Recorrido de la tecla: 4 mm.
• Ruido: medio-alto.
Interruptores Black (silent)

• Tipo de interruptor lineal.
• Buena opción para escribir y jugar. Su mayor fuerza de actuación hace que sean menos propensos a registrar pulsaciones dobles.
• Fuerza de actuación: 60g.
• Punto de actuación: 1,9 mm.
• Recorrido de la tecla: 3,7 mm.
• Ruido: bajo.
Interruptores Brown (marrón)

• Tipo de interruptor táctil.
• Después de los Red, estos son los que más me gustan. Muy buena opción para escribir y jugar.
• Fuerza de actuación: 55g.
• Punto de actuación: 2 mm.
• Recorrido de la tecla: 4 mm.
• Ruido: medio-alto.
Interruptores Blue (azul)

• Tipo de interruptor «clicky».
• Muy ruidoso, da lo mejor de sí en juegos.
• Fuerza de actuación: 60g.
• Punto de actuación: 2,2 mm.
• Recorrido de la tecla: 4 mm.
• Ruido: alto.
Interruptores Grey (gris)

• Tipo de interruptor táctil.
• Ruidoso, tiene una fuerza de actuación muy alta, así que no es recomendable para escribir.
• Fuerza de actuación: 80g.
• Punto de actuación: 2 mm.
• Recorrido de la tecla: 4 mm.
• Ruido: alto.
Interruptores Green (verde)

• Tipo de interruptor «clicky».
• Ruidoso, y como el anterior tiene una fuerza de actuación muy alta, así que no es recomendable para escribir.
• Fuerza de actuación: 80g.
• Punto de actuación: 2,2 mm.
• Recorrido de la tecla: 4 mm.
• Ruido: alto.
¿Qué teclado gaming debería elegir? Conclusiones y recomendaciones
Con toda la información que os hemos dado lo tenéis bastante fácil para elegir qué modelo, de entre todos los teclados gaming disponibles, se ajusta mejor a vuestras necesidades. Así, por ejemplo, si buscáis un modelo equilibrado que os permita jugar y escribir lo ideal sería optar por uno que utilice interruptores Red si preferís una pulsación más blanda y suave, o interruptores Black o Brown si preferís una pulsación más dura y marcada.
Por contra, si lo que queréis es un teclado para gaming que se centre en ofrecer la respuesta más rápida y que ofrezca una pulsación muy suave y blanda, los interruptores Speed Silver son una buena opción, pero la mejor alternativa serían los interruptores óptico-mecánicos que ha utilizado Corsair en el K100 RGB, ya que son de tipo lineal, tienen una fuerza y un punto de actuación de 45g y 1 mm, respectivamente, y un recorrido total de solo 3,2 mm. En caso de que queráis una pulsación muy intensa, ruidosa y dura los interruptores Grey y Green serán vuestras mejores opciones.
Como prometimos, terminamos esta guía con una serie de recomendaciones concretas de teclados gaming enfocados a cubrir diferentes presupuestos. Incluso si tenéis un presupuesto muy bajo podréis acceder a un teclado mecánico de calidad, así que no os preocupéis, estos periféricos se han democratizado enormemente en los últimos años.
MARS GAMING MKXTKLBES TKL RGB interruptores Blue

Un teclado mecánico muy económico, con distribución en español y reposamuñecas que utiliza interruptores Blue. Está especializado en gaming, y utiliza el formato TKL, lo que significa que viene sin teclado numérico.
Cuenta con iluminación LED RGB personalizable, y ofrece un valor fantástico por lo que cuesta. Está rebajado a 27,99 euros. Podemos comprarlo también con interruptores Red por el mismo precio.
Genesis Thor 400 RGB con interruptores Red

Es un teclado con un valor muy bueno en relación precio-prestaciones, y un diseño minimalista y compacto que desde luego le permite quedar bien en cualquier escritorio.Utiliza interruptores Red, lo que significa que es una opción equilibrada con la que podremos trabajar y jugar sin problemas.
Sus efectos de iluminación y su software dedicado son algo limitados para la franja de precio en la que se integra, pero en general es una opción que vale la pena tener en cuenta ahora que ha bajado a 62,99 euros. Podemos comprarlo también con interruptores Blue, que son mejor opción para juegos, como ya sabemos.
Razer BlackWidow V3 Tenkeyless con interruptores Yellow o Green

Este teclado mecánico utiliza también el formato TKL, pero se sitúa un peldaño por encima del anterior, tanto por calidad de construcción como por integración a nivel de software. Podemos configurarlo con interruptores mecánicos Green o Yellow, ambos exclusivos de Razer. Los primeros son más ruidosos y producen pulsaciones más marcadas, y los segundos son todo lo contrario.
Como no podía ser de otra forma cuenta con iluminación LED RGB se integra en la plataforma Chroma RGB y tiene un precio de 69,99 euros.
Corsair K65 RGB MINI

Si buscas un teclado de tamaño mini pero grande en prestaciones, esta es uno de los mejores teclados gaming de su clase. Tiene una alta calidad de construcción, una iluminación LED RGB de calidad sobresaliente, utiliza interruptores Cherry MX Red y mantiene un alto nivel funcional gracias a su sistema de funciones secundarias por tecla, lo que le permite compensar la supresión de las teclas de función y del pad numérico.
Podemos configurarlo con interruptores Cherry MX Speed si preferimos especializarlo en juegos y prescindir de ese equilibrio que le dan los interruptores Cherry MX Red. Podemos comprarlo por 89,99 euros.
Newskill Gungnyr TKL Pro Ivory

Un teclado óptico-mecánico con interruptores Red, aunque nos permite intercambiarlos fácilmente, lo que representa un importante valor añadido, ya que podremos acceder a una gran variedad de interruptores de la gama Gateron, incluyendo desde los blancos, que tienen una fuerza de actuación de solo 35g y un punto de actuación de 2 mm hasta los amarillos, que mantienen esa fuerza de actuación pero tienen un punto de actuación de 1 mm.
Es uno de los teclados gaming óptico-mecánicos más económicos, y más equilibrados, que podemos comprar a día de hoy. Tiene un precio de 118,99 euros.
ASUS ROG Strix Scope NX Deluxe

Estamos ante n teclado de gama alta que destaca por ofrecer una excelente calidad de construcción, y por su alto nivel de prestaciones. Viene con un reposamuñecas acolchado y terminado en polipiel, tiene una lámina de aluminio en el frontal y utiliza interruptores NX Red, que ofrecen una buena experiencia tanto en juegos como escribiendo, aunque esta versión de los clásicos Red tiene un punto de actuación más bajo (1,8 mm), así que son menos recomendables para escribir, y más para jugar.
Podemos comprarlo por 148,99 euros, un precio muy interesante teniendo en cuenta todo lo que ofrece este teclado.
Corsair K100 RGB

El mejor teclado de gama alta premium que existe a día de hoy. Tiene una calidad de construcción sobresaliente, en la que podemos destacar detalles como el aluminio cepillado del frontal y el reposamuñecas en polipiel acolchado de espuma con efecto memoria, cuenta con una iluminación LED RGB de alta calidad extendida a los laterales y al marco superior, lo que crea un efecto único, y cuenta con interruptores optomecánicos Corsair OPX RGB con una vida útil de 150 millones de pulsaciones.
Tiene un precio elevado, pero lo compensa ofreciendo un valor verdaderamente único, y una vida útil que está fuera del alcance de los teclados gaming mecánicos convencionales. Tened en cuenta que da lo mejor de sí en juegos. Podemos conseguirlo por 252,99 euros.
Nota: Esta selección de teclados gaming contiene algunos enlaces de nuestros afiliados, pero ninguno de los productos incluidos ha sido propuestos o recomendados por ellos o sus fabricantes, sino elegidos según nuestro propio criterio.

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