¿Cuánto vale un iPhone de 2007 sin abrir? Casi 65 veces su precio original

El primer iPhone llegó al mercado en 2007 y fue, desde luego, el inicio de una auténtica revolución. Steve Jobs, co-fundador de Apple, fue el encargado de presentarlo en sociedad durante la MacWorld celebrada en San Francisco, y su lanzamiento tuvo lugar con un precio de partida de 499 dólares para el modelo con 4 GB de capacidad de almacenamiento, y de 599 dólares para el modelo de 8 GB.

Podemos decir con total seguridad que fue el iPhone de 2007 el que sentó la mayoría de las bases de los smartphones que todos utilizamos a día de hoy, y podemos destacar claves tan importantes como la pantalla táctil, el botón de inicio, la cámara y el navegador de Internet.

Jobs describía, de hecho, al iPhone como un dispositivo todo en uno que era además muy fácil de utilizar. Esa facilidad de uso, esa simplicidad fue otro de los valores más importantes que diferenció al iPhone de sus rivales de aquella época.

Para entender mejor lo que supuso el iPhone original solo tenemos que comparar su diseño, sus funciones y su interfaz con los modelos de otros fabricantes de 2007, equipados en su mayoría con teclados y sin pantalla táctil, y luego repetir esa comparativa con cualquier smartphone actual. El terminal de Apple sería el único que realmente estaría cerca de un terminal actual, salvando obviamente las distancias existentes a nivel de hardware y de software.

Con todo esto en mente no es extraño que el iPhone original se haya convertido en uno de los dispositivos más importantes de la historia, en una auténtica reliquia y en un valioso objeto de coleccionista. El precio de los modelos de segunda mano que se encuentran en buen estado no deja de subir, pero si hablamos de unidades nuevas y sin abrir los precios pueden ser de auténtica locura.

Hace poco la firma LCG Auctions listó un iPhone de 2007 totalmente nuevo y sin abrir que estaba prácticamente en perfecto estado, y abrió la subasta por 2.500 dólares. Al final esta subasta se cerró con un precio de venta de 39.339 dólares, una cifra impresionante que supera en casi 65 veces el precio original del terminal. La unidad vendida tiene 8 GB de capacidad de almacenamiento.

No sabemos quién ha sido el afortunado que se ha dado el capricho de comprar este iPhone por casi 40.000 dólares, pero lo más probable es que se trate de una inversión, y que al final esta unidad acabe volviendo a ser subastada una vez que se revalorice de una manera considerable. Ya sabéis cómo son estas cosas, abrir un producto nuevo que tiene un gran valor a nivel de coleccionismo es como «quemar» una enorme cantidad de dinero, y las personas que compran este tipo de dispositivos no lo hace para disfrutarlos, sino para volver a venderlos en un futuro y ganar el doble o más de lo que invirtieron originalmente.

Entiendo que, al final, estas cosas son trozos importantes de nuestra historia tecnológica, pero también creo que alrededor de ellos se producen importantes burbujas que pueden explotar en cualquier momento, ya que su valor real es muy subjetivo y puede cambiar mucho con el paso del tiempo, tanto para bien como para mal.

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